Oh Dios y Salvador nuestro, por la gloria de tu nombre, ayúdanos; por tu nombre, líbranos y perdona nuestros pecados. (Salmo 79:9)
Cuando nos sentimos totalmente desesperados, carentes de auxilio y socorro, es bueno recordar que la ayuda que necesitamos ya viene de camino. ¡Dios es nuestro protector! Él nos libra de este mundo y sus horrores. Él calma nuestro corazón de todos los temores y angustias. Él da la orden a sus ángeles para que nos libren y nos ayuden para su gloria y loor.
Aunque muchas veces nos servimos de los recursos de esta tierra nuestra confianza no está puesta en ellos. Confiamos en la Roca eterna e inamovible que es Cristo. ¡Dios es fiel! Él nos sustentará aun cuando parezca que todo el mundo se desmorona. Él es el verdadero socorro, es abrigo seguro en la tormenta. ¡Confía en su Palabra de todo corazón! ¡Dios es bueno, no te abandonará!
Dios es tu protector leal
- ¡Clama por la ayuda de lo alto! Cuando te encuentres en medio de una situación mala sintiéndote solo y ansioso, ora con fe y el Señor te oirá.
- Aférrate a Dios con arrepentimiento, fe y amor. Él es nuestro Salvador fiel.
- Anímate mientras recuerdas la Palabra de Dios. Para eso, lee, medita, estudia la Biblia diariamente.
- Si todavía no ves una solución a tú problema, confía: la ayuda de Dios viene de camino. Cree que él puede transformar todas las circunstancias.
Para orar:
Señor Dios, ayúdame a mirar tu Palabra con fe. Todo a mi alrededor parece desierto, tragedia u oscuridad, pero yo confío que tú nos proteges con tu poderosa mano. Cristo es la Roca eterna que me sustenta y fortalece. Guíame siempre seguro por tu camino eterno. Ayúdame, por amor de tu misericordia. En el nombre de Jesús, amén.
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