Los que confían en el Señor son como el monte Sión, que jamás será conmovido, que permanecerá para siempre. (Salmo 125:1).
¿Quién no desea tener una fe inquebrantable? La verdad es que Dios desea que confiemos en él de todo corazón. ¿Por qué no te entregas a ese Dios poderoso?
La fe da frutos y atrae personas tal como lo hace un monte. Aquel que tiene fe se convierte en una referencia para los que quieren alcanzar un nivel más alto. No es fácil mantenerse firme en las promesas: requiere resistencia, discernimiento y la búsqueda de Dios. Un monte no se derrumba cuando llega el mal tiempo. Así debe ser nuestra confianza en Dios: no nos debemos derrumbar debido a las circunstancias.
Entender la soberanía de Dios nos ayuda a confiar más en él. Además de eso, nos aleja de las trampas que pueda presentar la situación. El mal tiempo pasará y Dios continuará soberano. Y debido a que sabemos eso, debemos confiar todavía más en él.
¿Quién puede hacer lo que es mejor para nuestra vida sino nuestro Dios? Él nos dio a su Hijo. Todo aquel que entrega su corazón a Dios es honrado por él.
Una fe que no se derrumba
- La fe inquebrantable viene a través del oír la palabra de Dios. Alimenta tu alma meditando en la Biblia. Mientras más leemos más creemos y crecemos.
- Una fe inquebrantable proclama el nombre del Señor. Es imposible que él nos guíe y que demos frutos sin compartir sobre Dios a los que nos rodean. Habla acerca de lo que Dios ha hecho en tu vida.
Para orar:
Señor Dios, ¡tú eres tan poderoso! Nada te puede derrumbar. Quiero entregar mi vida en tus manos y confiar en ti. Tú sabes lo que es mejor para mí y por eso te alabo. Amén.
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