A veces es difícil mantener firme la fe. En un mundo lleno de incertidumbres, malas noticias, desesperación y sufrimiento, se nos “bombardea” a diario con saetas malignas, a tal punto que nos llegamos a cuestionar si vale la pena continuar. Infelizmente, muchos se debilitan en la fe cuando enfrentan algún dolor o alguna prueba. Pero no debes perder la fe. ¡Dios está contigo! Él te ayuda a enfrentar las luchas de la vida.
Una vez, Jesús le preguntó a sus discípulos si hallaría fe en la tierra al final (Lucas 18:8). Aunque la tendencia natural de la humanidad es la de apartarse del Creador, los creyentes se refugian en su fuerza y en su amor. Como hijo de Dios tú te puedes mantener firme en tu convicción por fe y esperanza, por el amor indestructible de Dios. ¡Nada te puede apartar de la gracia de Jesús! ¡Él te fortalece con su armadura inquebrantable! Por lo tanto, aférrate al escudo de la fe para resistir los ataques del enemigo y permanece firme.
No pierdas la fe
- Vive por fe. La fe muestra la realidad de aquello que esperamos. Nos da convicción de cosas que no vemos. (Hebreos 11:1)
- Ora y pide que Dios aumente tu fe. En las horas más difíciles, la fe te ayudará a levantarte y a seguir adelante.
- Aférrate a la Biblia. La fe viene por el oír, al leer, conocer, interiorizar y practicar la Palabra de Dios. Haz de ella tu alimento diario.
- Resiste en los malos días. El enemigo puede lanzar dardos de fuego, pero tendrá que huir si tú resistes.
- Revístete de la armadura de Dios (Efesios 6:10-17) y te fortalecerás en la fe, la esperanza y el amor del Señor.
Para orar:
Señor Dios, gracias por fortalecerme y por sustentar mi pequeña fe. Ayúdame a confiar cuando pasó por pruebas y peligros en la vida. Los tiempos son difíciles, pero tú permaneces igual: ¡el soberano, todopoderoso y bondadoso Dios de amor! Quiero permanecer firme en ti, con la esperanza y la fe renovadas en tu Palabra. Enséñame a andar por la fe y no por lo que veo. En el nombre de Jesús, amén.
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