“Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y pureza”. (1 Timoteo 4:12).
Nunca somos demasiado jóvenes como para ser ejemplo. No importa cuál sea nuestra edad, siempre habrá alguien más joven que nosotros que busque a alguien mayor para seguir.
Qué maravilloso consejo de Pablo a Timoteo: “Ninguno te menosprecie, sino sé un ejemplo a seguir”. Tenemos el mandato de ser líderes. No hay mayor logro que el de marcar, con nuestro ejemplo, el camino para los que nos siguen. No tenemos que esperar hasta ser padres naturales o hasta tener suficiente edad como para tener hijos. Podemos comenzar ahora. Podemos volvernos y extender nuestras manos para atraer a una generación menor a nuestro lado. Podemos ser ejemplos para ellos en lo que decimos, en lo que hacemos y en todo lo que creemos.
Comencemos ahora a preparar el camino para los que seguirán después de nosotros.
Oración intercesora
“Dios, nunca soy demasiado joven como para seguirte y para marcar el camino para otros. Quiero entregar mi vida para ser un ejemplo para los que me siguen. Me volveré para ayudar a los que son más jóvenes que yo y los traeré a mi lado para que ellos también tengan alguien a quien seguir. Te ruego que me muestres cómo ser un ejemplo en todo lo que hago y que nunca permita que mi edad me impida estar totalmente entregado a ti.”
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